domingo, diciembre 21, 2014

El Real Madrid ya es Campeón...
olvidemos el desastre del estadio de Rabat.

Como cualquier deportista, sentí toda la indignación posible. El espectáculo de ver un cuadrilátero totalmente inundado no podía provocar en mí más repulsa y rechazo, más, sabiendo que el Estadio de la capital era el menos indicado para que en él se celebre una competición de alto nivel. El presupuesto gastado en la chapuza de reparación, que fue calificada por el aún Ministro de Juventudes y Deportes como “obra maestra a nivel mundial” resultó ser una estafa, un engaño que nos ha avergonzado dentro y fuera del país.
Esto afectó al país de manera muy grave, y no es para menos. Esta clase de desastre ya no se ven en ningún sitio. Un estadio con las características del de Rabat no debe permitir lo que ahí sucedió, y es lógico que haya causado extrañeza y rechazo dentro y fuera de nuestras fronteras. Más aún, en ausencia de drenaje adecuado para la absorción de agua de lluvia si caer en exceso y en ausencia del desnivel requerido en todos los terrenos de juego según las normativas internacionalmente obligatorias. Tampoco se hizo uso de lonas protectoras ni de maquinaria de absorción y aspiración del líquido elemento… eso sin tener en cuenta que la arena o tierra del terreno era incapaz de evitar que las raíces del césped pudieran ponerse a flote.
Abogo por el sentido común de la F.I.F.A y de sus responsables. Me consta que este hecho ha puesto en el tapete muchas desacertadas gestiones de nuestra Federación y del Ministerio de Juventudes y Deportes desde años atrás. Pero, pienso que desde fuera de Marruecos, estos hechos deben de catalogarse como errores de unos pocos irresponsables y no de todo el estamento deportivo nacional.
 Entiendo que la gente esté Indignada, desilusionada, triste, desmoralizada, avergonzada y todo lo que se le quiera agregar. Pero todos coincidimos en lo mismo: hay que ajustar responsabilidades y averiguar  el porqué de tan malas gestiones.
He oído por ahí comentarios como: "¿en qué gastan nuestro dinero?" o "si el país puede permitirse el lujo de cubrir hoteles de 5 estrellas a los jugadores porqué no son capaces de mantener un estadio en buenas condiciones?" o también quejas acerca de los gastos que supuso la reforma del estadio o que seguramente supuso el cambio de localización.
El dinero público hay que cubrirlo de cualquier malversación o malempleo. Esto por descontado.
En Marruecos se han hecho grandes esfuerzos para albergar un acontecimiento como el Mundialito. Muchos sacrificios a nivel económico que los responsables debían tener muy en serio y no con la ligereza o irresponsabilidad de unos cuantos como es el caso del Estadio de la capital.
Se sabía que no era el estadio idóneo para una celebración de envergadura, máxime si tenemos en cuenta que los estadios de Tánger, Fez, Marrakech y Agadir son de nivel mundial a muchos niveles y que podían ser, cualquiera de ellos, idóneo para un acontecimiento de categoría mundial.
Como ciudadano y aficionado espero que las indagaciones que han sido iniciadas para descubrir las peripecias y pormenores de las “contrataciones y sus costes” salgan a flote porque, desgraciadamente, este asunto huele… y muy mal, por culpa de unos pocos que siguen teniendo el valor de hacer declaraciones a la prensa como:” … es que ha llovido mucho”.
Ahmed Mgara.

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