El Mogreb
Atribuido a Tetuán, estanque de despropósitos.
Hablando en idioma futbolero: En la actualidad, el fútbol se
ha convertido en una industria a nivel mundial, se mueven grandes presupuestos
y se llevan a grandes masas.
El fútbol genera cultura e incultura, genera turismo y muchas
cosas más, todas ellas buenas. Por ello, el fútbol moderno se rige por sistemas
modernos ya sean a nivel comercial como burocrático.
El Mogreb,
desgraciadamente, no posee esas perspectivas por estar en manos de un grupo
nombrado dedocráticamente... y hacen lo que saben -tal vez, con la mejor
intención del mundo- pero, no son las personas indicadas para llevar un club de
altos vuelos.
El desconocimiento de lo que actualmente se maneja, incluso
en equipos inferiores, está estancando al Mogreb en un hoyo del que poco o nada
se puede hacer. No basta el corazón, no basta la palabrería hueca, no basta
encerrarse y quedar ajenos a la ciudad y al fútbol como institución.
Está bien que tenga socios, aunque no llegue su totalidad al
centenar -lo que de por sí, es muy grave e intolerable- pero se tiene
que abrir el Club a más personas. El Mogreb no es patrimonio de nadie que no
sea la misma ciudad.
Pero los despropósitos de nuestra directiva no son nuevos en
lo que respecta a los entrenadores y sus contratos, que son varios y a los
cuales no me voy a referir ahora exceptuando los dos últimos despidos:
El entrenador de los porteros fue cesado hace pocas fechas,
antes de empezar la temporada. ¿Porqué se le contrató semanas antes si se le
iba a echar?
La Directiva del Mogreb ficha a un entrenador que nunca
demostró el mínimo respeto ni al Mogreb ni a la ciudad en sus apariciones en
una cadena de televisión. Siempre agresivo e insultante con los entrenadores e directivos
del Mogreb. La sorpresa de ese contrato fue interpretada en Tetuán por los
aficionados como “insultante” hacia la ciudad y su club, a la vez que una viva
muestra de que el equipo técnico –por llamarlo de alguna forma- que contrató a ese señor estaría fuera de sí
al hacer esa gestión. Claro que, hace unos días se cesó a ese entrenador (uno
de los pocos entrenadores marroquíes que son incapaces de acabar una temporada
en un solo equipo-.
Del tema de los jugadores sería preferible no hablar. En un
año solar se fueron del Club unos quince jugadores, fichando a otros sin
equipos o carentes de calidad por su edad o por sus limitaciones.
Este es el triste panorama que nos ofrece el Mogreb de
nuestros amores. Un Club que se autodenomina “profesional” pese a que de esto,
da la impresión, no tiene absolutamente nada.
Ahmed Mgara